mercredi 31 mars 2010

"INICIACIÓN A LA LINGÜÍSTICA, CON UNAS APLICACIONES SEMIÓTICAS A TEXTOS DE AUGUSTO ROA BASTOS", Eric Courthès




INICIACIÓN A LA LINGÜÍSTICA, CON UNAS APLICACIONES SEMIÓTICAS A TEXTOS DE AUGUSTO ROA BASTOS


ASUNCIÓN, UNINORTE
MAESTRÍA EN LETRAS
ABRIL DE 2010
por Eric Courthès







I) BREVE INICIACIÓN A LA HISTORIA DE LA LINGÜÍSTICA
La lingüística es el estudio del lenguaje humano. A finales del siglo XIX se usó primero el término de “gramática general”, luego con la conferencia inaugural de Paul Jules Antoine Meillet en 1906, se usó por primera vez la designación de “lingüística general”. En 1916, el mismo Meillet con otros ex alumnos de F. de Saussure publicaron su Curso de lingüística general , tres años después de su muerte, con la misma meta: “El lenguaje es una institución dotada de una autonomía propia; es necesario determinar las condiciones generales de desarrollo desde un punto de vista estrechamente lingüístico, y éste es el objeto de la lingüística.”
Se lo considera al gran lingüista suizo, nacido el 26 de noviembre en Ginebra, como el fundador del estructuralismo y de la lingüística moderna, también fue él quien sentó las bases de la semiología.
En aquel famoso curso, definió los conceptos básicos de la lingüística, o sea la distinción entre lenguaje y lengua por una parte, lengua y habla (o discurso) por otra, significante y significado por fin. Además, opuso por primera vez los estudios sincrónicos a los diacrónicos, y evidenció el carácter arbitrario del signo lingüístico . Sus estudios influyeron no sólo en la lingüística posterior sino también en la etnolingüística, el análisis literario, la filosofía y el sicoanálisis lakaniano.
Bien se nota en las citas anteriores que la lingüística moderna ideada por Saussure se basa en una serie de dualidades, de dicotomías, de las cuales arrancan luego una gran cantidad de conceptos, que cada rama de la lingüística trató de imponer después a lo largo del siglo XX, y que sigue produciendo un montón de nuevas categorías hasta hoy. La lingüística, como cualquier ciencia y acaso más que otras, por ser justamente su objeto el estudio del propio lenguaje, es una ciencia en movimiento perpetuo cuya fragmentación conceptual parece no tener fin.
Una de sus ramas más interesante y difundida es la lingüística estructural, o sea “un método del análisis lingüístico basado en la determinación del carácter estructural de la lengua.” “Por lingüística estructural se entiende un conjunto de investigaciones basadas en una hipótesis según la cual es legítimo describir el lenguaje esencialmente, como una entidad autónoma de dependencias internas o, en una palabra, una estructura.”
“El análisis de esta entidad permite separar constantemente una serie de partes que se condicionan recíprocamente, cada una de las cuales depende de otras y no sería concebible ni definible sin éstas.”
Una de las ramas más interesantes del estructuralismo, para un futuro profesor de literatura o lengua, es sin duda, la narratología, corriente creada por el ruso Mijail Bajtín , en los años 40 pero que sólo se dio a conocer en los años ochenta y noventa, gracias a Tsvetan Todorov por ejemplo, y cuyo máximo exponente fue en Francia, el creador de la semiótica textual, Gérard Genette.
La narratología se centra en el estudio de la narración y cuestiona las habituales nociones de autor y narrador, gracias a varios conceptos nuevos como la intencionalidad del discurso, el cronotopo , la focalización narrativa , la polifonía del discurso, ideadas por el Genio ruso, y complementadas por sus numerosos seguidores.
En todo lo expuesto anteriormente, podemos notar que en los fecundos años sesenta , la lingüística estructural crea las herramientas conceptuales de la descripción de un sistema cuya fragmentación es muy compleja, calcando la interrelación de sus conceptos sobre la de los signos del propio lenguaje. Esta ciencia es el reflejo exacto del objeto de sus estudios.
Como ya lo vimos, Saussure no sólo echó las bases teóricas del estructuralismo sino que también definió las de la semiología. Según Giorgio Raimondo Cardona, la semiología sería “Una rama de las ciencias humanas que tiene por objeto todos los sistemas de signos que constituyen sistemas de significación y, por lo tanto, no sólo el lenguaje propiamente dicho sino también los gestos, las imágenes y los sonidos.” “Se puede, pues, concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida social. Tal ciencia sería la parte de la psicología social, y por consiguiente de la psicología general. Nosotros la llamaremos semiología.”
En cuanto a la semiótica, también es etimológicamente ‘ciencia o técnica de los signos’, igual que la semiología. “Hasta principios de los setenta podía ser considerada un sinónimo de semiología, [término] preferido por los americanos, los alemanes y los soviéticos respecto al uso francés. Actualmente, sin embargo, los dos términos han dejado de ser sinónimos para todos y pueden cubrir campos o, al menos, tendencias de análisis diversos; en este caso, semiología es la teoría general de la investigación sobre fenómenos de la comunicación considerada como elaboración de mensajes sobre la base de códigos convencionales como los sistemas de signos.”
En esta perspectiva, Algirdas Julien Greimas y Joseph Courtés consideraron la semiótica como el estudio más claramente inspirado en los modelos lingüísticos, y denominaron [así] su teoría.” .
Pero cabe ahora volver un poquito atrás en esta cronología de la lingüística, ciencia prolífica si las hay, a lo largo del Siglo XX. A partir de lo que Saussure llamaba la “lingüística externa”, se crearon en los años cincuenta dos ramas muy importantes, la sociolingüística y la etnolingüística. La sociolingüística es la que “se enfrenta al estudio, en sentido amplio, de las relaciones entre sociedades y actividad lingüística: diferenciaciones lingüísticas y diferencias de clase, status y uso de las diversas variedades presentes en una sociedad, aprendizaje social de la lengua.” Se sitúa pues en la intersección mal definida entre sociología y lingüística, el primero en usar esta terminología fue W. Dorozzewski, en el Segundo Congreso Internacional de Lingüistas, en Ginebra, en 1931. En cuanto a Meillet, él prefería hablar de lingüística social pero su discípulo Marcel Cohen, al publicar Pour une sociologie du langage en 1956, y sobre todo H.C. Currie, con A projection of sociolinguisticas: the relationship of speech to social status, en 1952, impusieron definitivamente el término de sociolingüística.
En lo tocante a la etnolingüística, o lingüística antropológica o antropología lingüística, fue al comienzo, en los años sesenta, una rama auxiliar de las ciencias etnológicas, que estudiaba y describía las lenguas de pueblos ágrafos, o sea sin escritura, y caracterizaba las diferentes etnias del mundo, de ahí la enunciación “atlas lingüístico”, como el de la U.N.E.S.C.O.. Ahora, abarca “el estudio del campo delimitado por la intersección de lenguas, pensamientos y culturas y, por lo tanto, de sus recíprocas influencias, de los sistemas de categorías y de los aspectos lingüísticos de la etnociencia.” En el mismo ámbito, cuando se trata del estudio de los dialectos y sus interrelaciones con las lenguas en contacto con ellas, se habla de dialectología, el creador de esta corriente, de índole estructural, fue Ulrich Weinreich, (1926-1967).
Para terminar, dado que nuestros trabajos sobre Roa Bastos, que podrán leer a continuación, no sólo se inspiraron en las ricas fuentes de la narratología y la semiótica textual, sino también en las de la lingüística pragmática, vamos a definir esta orientación de la lingüística muy en uso actualmente. La lingüística pragmática o pragmalingüística nació en los años setenta, sus primeros exponentes fueron dos lingüistas alemanes: D. Wunderlich y U. Maas: “Se concentra en el habla como acción, -de pragma- que significa ‘hechos’ en griego-, y estudia […] cómo se establece, se mantiene y se modifica la relación entre interlocutores, y cómo se puede influir sobre los otros a través del lenguaje o cuáles son las condiciones para la consecución del acto lingüístico.”
Lingüística de la comunicación, es el estudio del uso del lenguaje, pues va más allá de la semántica que se queda en el nivel del significado, se interesa en las actuaciones inducidas por la interacción, en el momento de la enunciación y permite abordar conceptos como la “competencia lingüística”, o sea el valor de uso pragmático que una expresión posee en su contexto situacional, opuesta a la “competencia gramatical”, según Chomsky .
Para concluir, podemos decir que la lingüística desde las bases teóricas echadas por Saussure a comienzos del XX, ha evolucionado muchísimo, agarrando varias pistas diferentes, hacia afuera y hacia adentro también, multiplicando los enfoques y los conceptos.
Modestamente, voy a tratar ahora de insertarme en una de las corrientes definidas anteriormente, los estudios míos de la obra de Roa Bastos que van a descubrir ahora son al mismo tiempo semióticos, pragmáticos y deconstruccionistas.

De tener que elegir dos nombres entre los muchísimos investigadores que me influenciaron, daría sin vacilar los de Roland Barthes por su profunda reflexión sobre la noción de autor y la de Gérard Genette por su alto grado de investigación del texto literario, sin olvidar desde luego las influencias tardías de Milagros Ezquerro , directora del CRIMIC SAL de París IV, mi Maestra en semiótica textual, al mismo tiempo bajtiniana y kristeviana.

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