dimanche 4 décembre 2011

HELIO VERA EN BUSCA DEL HUESO PERDIDO (13ª EDICIÓN) - Obra de HELIO VERA

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Galerías y Editoriales HELIO VERA EN BUSCA DEL HUESO PERDIDO (13ª EDICIÓN) - Obra de HELIO VERA EN BUSCA DEL HUESO PERDIDO (13ª EDICIÓN) - Obra de HELIO VERA EN BUSCA DEL HUESO PERDIDO (TRATADO DE PARAGUAYOLOGÍA) por HELIO VERA Editorial Servilibro, Asunción-Paraguay 2008 (13ª Edición, Edición Homenaje) Dirección editorial: Vidalia Sánchez Diseño de tapa: Roberto Goiritz **/** EN BUSCA DEL HUESO PERDIDO es uno de los libros paraguayos más vendidos de las últimas décadas. En la décima edición incorpora un índice onomástico y un glosario de términos guaraníes y del castellano paraguayo utilizados en la obra. También agrega una serie de breves biografías de la mayor parte de los personajes -paraguayos o extranjeros vinculados con el Paraguay- mencionados en el texto. De ese modo, el lector tendrá los elementos de juicio necesarios para una aproximación más precisa al contenido. EN BUSCA DEL HUESO PERDIDO obtuvo el premio ICI/EMBAJADA DE ESPAÑA de 1988 y fue editado en 1990. Su contenido, polémico y escrito en un lenguaje cáustico, propone una visión descarnada y crítica de la cultura y del hombre paraguayos. - LA EDITORA **/** PRÓLOGO ** Confieso que mi conocimiento de Helio Vera no pasa de ciertos episodios espasmódicos que me tironean de nuestro toedium vital a intempestivos chubascos de ingenio y de luz, como cuando me propinó su impagable y primerizo cuento de ANGOLA. Y ahora -desde la más pura estirpe del SATIRICÓN-, una obra de mayor aliento, si cabe el término, en que el aguijón malevolente y jaranero de las tiradas de Helio se ceba en lo sacrosanto de aquella "paraguayidad" tan trajinada por una ideología todavía en boga cuando él tuvo a bien sentarse a discutir sobre las tumefacciones de nuestras más recurrentes falsedades y, acaso por ello mismo, de nuestra más acendrada identidad. ** También confieso que alguna vez me sacaron de quicio sus sesgos zumbones cuando más apropiados parecían los truenos de Jeremías ante el cuadro desolador de la así llamada cultura para guaya. Aunque, ya repuesto de sus aspersiones cáusticas, recordaba aquella otra sátira implacable de León Cadogan -fuente inagotable de todas nuestras epopeyas-, o en otro plano, la elaborada y barroca en su conceptismo, de uno de nuestros más geniales autoexiliados: Juan Santiago Dávalos. Helio es pariente de ambos, en cuanto esgrime la ironía como método para remover con escalpelo de cirujano los tejidos adiposos que encubren las tumoraciones profundas. Pero les lleva en ventaja proceder de esa extraña atmósfera de los círculos guaireños en que el humanismo más empinado arrastra la polvareda del entorno rural, como en las impagables alegóricas de otro vecino de Helio, Carlos Martínez Gamba, tan díscolo como él, y como él ahincado en encarnizado amor al terruño. Porque ambos, entiendo, alcanzan proyección universal en cuanto se remiten a lo cotidiano del mundillo guaireño lanzado a escala de paradigmas que arrojan inusitada luz sobre un campo más confuso -por lo ideologizado- de la "paraguayología", feliz neologismo que a la vez pone en solfa todos los alardeos pedantescos de aproximación a escala platónica. ** Porque de eso se trata, en su impagable estilo de escribir a dos manos: por una, una festiva e interminable sátira demoledora de cuanto lugar común nos queda en tantos años de acumular enjambres de mitos y de inflarlos como globos cautivos a la venta en nuestras ferias y academias. ** Por otra, un discurrir a ritmo de peatón curioso -pero siempre alerta y crítico- por los atajos y callejones de la cultura paraguaya, entendida ya aquí en su sesgo antropológico, como formas de vida que se afirman en un grupo humano y desafían los embates del cambio. Es precisamente a este nivel del "ensayo" -otra palabra que divierte a nuestro autor- en que se afirma el texto en un mensaje que trasciende la broma y nos aproxima a una realidad bastante persuasiva por lo concreta y coherente. ** Ni tan apologeta, como Manuel Domínguez, ni tan negador, como Cecilio Báez -en algún trabajo de hace tiempo asimilaba a aquellos y a su generación con los "Hijos del trueno", por su tremendismo-. En Helio se da una extraña contemplación estética del tema-objeto; más hacia la vena de un Cervantes, con irremediable amor y amplitud de miras. ** ¿Que su ensayo ofrece flancos desguarnecidos a los mandobles que podrá recibir? Con paraguayísima sagacidad, él se acoge ya de antemano al "Recurso del método", donde nos convida en un rondó caprichoso a la fiesta, con abundancia entrecomillada de citas sobre el alcance y rigor del género por él cultivado. Extraña ironía de quien, en largas entregas periodísticas, hacía mofa de los que acuñan epítetos para lo "paraguayo"; y ahora, por fuerza de su genio -no de su in-genio-, aporta la más redonda aproximación al hombre paraguayo que en sus anteriores artículos parecía cuestionar, un poco en la mira de su humanismo universal. ** Si mi prólogo tiene el mérito cuando menos de remitir al lector al libro que ahora sale a luz, ya tendría suficiente justificación. En cuanto a mí, prometo ser su primer y asiduo consumidor, individual y grupal. (A nuestro estilo pirata, en la Universidad, hace tiempo que su ENSAYO SOBRE LA PARAGUAYOLOGÍA figura en mis catálogos bibliográficos, por arte de las impúdicas fotocopias). - RAMIRO DOMÍNGUEZ. Asunción, 14 de marzo de 1990 **/** INTRODUCCIÓN DEL AUTOR ** Muchos lúcidos ensayistas escriben para enseñar; otros, para ordenar sus pensamientos sobre temas que los intrigan o confunden. Un compatriota -Eligio Ayala- dijo haber escrito un libro con el humilde objeto de aprender. Bajo todos estos fundamentos sospecho un motivo común: la tentación de derrotar a la muerte mediante la anhelada gloria de la letra impresa que, imaginaria o realmente, supervivirá a su autor. ** Declaro haber comenzado este ensayo con una preocupación más trivial, que poco tiene que ver con la inmortalidad y sí con un objetivo bien efímero: divertirme. Por eso desautorizo al lector que bus que el elevado signo de la sabiduría, de la penetración científica o de la solidez pedagógica en las desordenadas páginas que siguen a continuación. ** Rehúso pontificar, y dictar cátedra sobre nada. Me limitaré a recoger observaciones mías y ajenas, en un contubernio caótico que podría causar un patatús a un científico de pelo en pecho. Quien tenga el coraje de llegar hasta el final advertirá que sólo traté de reunir elementos de juicio para que todos podamos divertirnos. Para que ahuyentemos brevemente a la argelería, ese rasgo del carácter que, según algunos detractores, forma parte ostensible de la psicología colectiva paraguaya. ** Este libro requiere de algunas explicaciones. Comencemos por el título, que podría sugerir falsamente que me estoy aventurando en la paleontología. Pero no es así. El doctor Rengger cuenta que cierta vez el Dictador Francia le pidió que hiciese la autopsia de un paraguayo. Debía haber, en algún sitio todavía no descubierto, un hueso de más. Allí estaría la explicación de por qué el paraguayo no habla recio y no mira de frente cuando está ante otra persona. Esta anécdota explica el título de la obra. La preocupación por encontrar el hueso escondido preside esta obra. En el título, el lector culto adivinará además, y no estará equivocado, un parafraseo -forma elegante del plagio- de la voluminosa obra de Proust, la cual para escándalo de teoretas y sabihondos, sigue sin poderme conmover. ** Otra explicación. Este libro fue escrito durante una época de la que prefiero no acordarme. Fue pensado, escrito y entregado a un concurso de ensayos durante el Gobierno del intrépido cadete de Boquerón, quien, según sus entusiastas biógrafos, remangó -él solo- al enemigo hasta la cordillera de los Andes. Suerte que lo hayan frenado, que si no, llegaba hasta el Amazonas. La época en la que el ensayo fue parido explica, como lo notará quien lo lea, muchas de las cosas que en él se dicen, así como la manera en que se dicen. ** Es imprescindible otro detalle. El texto original, ganador del premio, sufrió severas modificaciones. No es lo mismo escribir para un jurado que escribir para el público. Por eso me vi obligado a agregarle notas y capítulos y transformar profundamente su estructura. La obra engordó escandalosamente, como un dirigente político catapultado a un opulento cargo público. ** Y ahora hablemos brevemente del objetivo de este texto: reflexionar irresponsablemente, para mi exclusivo solaz, sobre el tema de la identidad nacional. La primera pregunta sería eso mismo: ¿Existe la identidad cultural paraguaya? El paraguayo cree que sí. Algunas expresiones del imaginario colectivo local insisten en ello: Paraguay ndoguevíri (el paraguayo no retrocede); paraguay ndokuarúiva ha’eñõ (el paraguayo no micciona solo); "más paraguayo que la mandioca"; "el alma de la raza"; "el mejor soldado del mundo"; paraguayo ikasõ petei ha ikuña mokõi (el paraguayo tiene un solo pantalón y dos mujeres), etcétera. Es decir, ciertos rasgos nos diferenciarían de los demás pueblos del mundo y nos autorizarían a postular un objeto de análisis: "La paraguayidad" o, más simplemente, "la identidad nacional". ** Se han dicho ya tantas tonterías sobre la identidad nacional que ésta, que suscribo, no tendría siquiera el mérito de la novedad. Será, a lo sumo, una más. Pero no desdeñemos a la tontería. Ortega se preguntaba por qué nunca se había escrito un ensayo sobre ella. Creo que el maestro no estaba bien informado. Buena parte de lo que se ha escrito en la historia del pensamiento debe ser clasificado, sin pudor, como tontería. Ella, sobre todo en su forma radical -la estupidez-, llena inmensas bibliotecas y ha producido acontecimientos descollantes en el itinerario del género humano. Ha sobrevivido -como lo prueba Tabori en su venenosa HISTORIA DE LA ESTUPIDEZ HUMANA- a millones de impactos directos. Ninguno ha logrado marchitar su lozanía ni su capacidad de producir hechos retumbantes. ** No cualquiera, por más que lo intente, logra ser estúpido en serio. Ello exige esfuerzo, fe, dedicación, coraje, disciplina, sistema y metodología. Políticos eminentes, científicos de alto coturno, artistas encumbrados han fracasado por vacilar en el último segundo. Muchas obras no lo logran, a pesar de intentarlo con toda seriedad. Temo que ésta, que pongo en manos del lector, pese a sus buenas intenciones en ese sentido, no haya logrado alcanzar la privilegiada meta de la estupidez. ** Si el lector juzga que no ha llegado al podio, le ruego acepte mis humildes excusas. Me servirá de consuelo el lema de las Olimpiadas: lo importante es competir. Quedaré decepcionado, mas no humillado. Sólo rogaré que la acepte como una modesta pero sincera aunque fallida contribución al vyroreí (la tontería), quehacer al que los paraguayos consagramos tiempo, talento y constancia, y que todavía no ha recibido el homenaje que se merece. - Asunción, diciembre de 1989. **/** Enlace al ÍNDICE de la versión digital de En busca del hueso perdido Tratado de Paraguayología Prólogo Introducción del autor - I - En donde se habla de las escuálidas pretensiones de este ensayo y se describe el esfuerzo realizado en su perpetración Una definición autorizada La desconfianza de Gog No romper los sellos celestes El fetichismo del método La verdad bajo sospecha Pensar enferma; no olvide vacunarse Pedagogía contundente En los dominios de la semiciencia El esfuerzo de Julio Correa Se confirma una sospecha - II - Donde el doctor Francia busca un hueso sin encontrarlo El «tipo ideal» El paraguayo: ¿un hueso de más? Un paseo por la eternidad La gripe y el coqueluche Mal gálico: contribución americana Esquipodos y sirenas Los onocentauros Ni Jauja ni Mborelandia - III - Dos países en uno Bacteria y microscopio El país de gua'u y el país teete Marco Polo al revés «Puro petáculo» Una posta para repasar lugares comunes La bibliografía - IV - Abominación fanática de la palabra escrita y reivindicación de los versitos del truco Los malos ejemplos Con el verso y la música a otra parte Los peligrosos «letrados» No hacen falta los libros La sabiduría y la confianza El material de investigación Arandu ka'aty - V - Con la ayuda de doña Petrona se realiza una decidida incursión en el terreno de la gastronomía folclórica La raza guaraní El acicalamiento nativo La aristocracia «ava» La cosecha de mujeres Un cóctel importado Segunda mano de pintura Una pizca de canela El aluvión de la posguerra El mejor pedigree Una receta de doña Petrona - VI - En donde se olfatean algunas claves de la china sudamericana y se realiza un paseo con Olaf el vikingo El aporte de la hematología social ¿Cuánto nos queda de indígena? Tallarines y hamburguesas Doctrina aria para morenos Quiero vale cuatro El idioma infiltrado La «China sudamericana» La sequía permanente Un sacerdote descubre el terere El perfil rural El bilingüismo: ¿un cuento? Economía de autoabastecimiento La experiencia histórica La búsqueda del hueso perdido - VII - Aquí se comprueba una vez más que no es oro todo lo que reluce y es mejor confiar en una pluma de kavure'i Discurso sobre las cosas Magos a bajo costo Que fluya lo maravilloso Fábulas y cabulerías El imperio de la magia Galería de «abogados» Cultura shamánica y mágica - VIII - En donde una rueda no cesa de girar y hay tiempo de tomar un baño de luna Un mito demencial «El mundo es una rueda...» No may nada nuevo bajo el sol Un petiso charlatán El río y la influencia lunar Mala combinación: la luna y el «norte» Ritos religiosos y paganos - IX - Una edad de oro sin un cobre Los trovadores de la historia Un inventario de escombros La iconografía del doctor Ross El código de los laberintos Insólito caso de organización Actitud simbólica El galope de los arquetipos Nuestra edad de oro Donde interviene la poesía Las preocupaciones del bachiller Carrasco El destino y la esperanza - X - En donde se celebra con inocultable alivio que en lo alto del gallinero habitan gallinas y no elefantes «El que puede, puede» La doctrina de Toto Acosta La ley del mbarete Una misiva incolora Parábola del zorro gris Upeara ñamanda Don te'o y la pena del azote Amigos y parientes Pioneros del «braguetazo» De la carreta al «Mercedes» Sólo para deportistas - XI - Aparece el hombre invisible y se insinúa un tratado de técnicas de supervivencia con digresiones sobre química y física y parapsicología Las fintas del camanduleo Del chin-chon a la generala Incomprensión de la táctica Un poco de química y de parapsicología Misterios moleculares Sintomatología del soroche El efecto Griffin - XII - Aparición de tres monos del oriente y explicación de la táctica de las arañas Lenguaje para criptógrafos Código para chinos Del ñe'embegue al radio so'o Prohibido emocionarse «En boca cerrada...» La ley del ñemibotavy Los tres monos del Oriente «Malagradecido presokue» «Dios se lo pague» Astima ndeve - XIII - Teoría del conflicto o las bondades del freezer Un freezer para los conflictos El oparei La solución so'o La ley del jepoka La ley del vai vai Ãga ajapota aina La hora paraguaya - XIV - La doctrina del chake e instrucciones sobre como no pisar una mboichini Instrumentos típicos Por si sea más feo Crímenes políticos Contabilidad orejera El guasu api No hay lugar para el vyro chusco El ábaco de cascabeles «Gauchos» de ayer y de hoy El liderazgo y el garrote - XV - La cultura del requecho y los tres gestos de José Gill Los ideólogos del requecho La fortuna no está en los libros El partido del presupuesto «Nadie sea tan osado...» El guataha - XVI - La tradición del pokare y técnicas diversas de alteración de las superficies sustentantes junto con algunas proposiciones metafísicas Arqueología del pokaré El pícaro como paradigma Simulación y mimetismo El despreciado mbatara Virtuosos del cepillo y montañistas Antebrazos ideales Técnica del serrucho Virtuosos versus serruchadores de oído Artesanía contra tecnocracia Glosario de algunas palabras, aforismo o expresiones en guaraní o en castellano, utilizadas en este libro Índice Onomástico de personajes paraguayos o de extranjeros vinculados con el Paraguay Ver Perfil y otras Obras del Autor... 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